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Thursday, October 26, 2023

Análisis de Alan Wake 2: Un survival horror que culmina la obra de Remedy | SomosXbox - SomosXbox

Trece. Esos son los años que han transcurrido desde que el estudio finlandés Remedy Entertainment mostrara al mundo Alan Wake, un videojuego de acción con tintes de misterio y terror que nos ponía en la piel de un novelista de éxito que debe rescatar a su mujer tras haber sido engullida por la oscuridad. Muchas cosas han pasado desde entonces en la compañía también creadora de Max Payne. Se quedaron a medio camino con Quantum Break y alcanzaron el éxito con Control. Ahora llega Alan Wake 2, que se siente como la culminación de sus casi tres décadas de trayectoria.

No lo digo por decir. Alan Wake 2 no solo es el primer survival horror de Remedy, sino que también actúa como la obra definitiva del estudio, la que conecta a todas las anteriores de alguna manera y les da un sentido superior. Acompáñanos en nuestro análisis de Alan Wake 2 y descubre qué ha ocurrido con nuestro escritor ficticio favorito durante estos trece años y qué hay de nuevo en esta secuela tan esperada y que cambia radicalmente la propuesta original del 2010.

Me llamo Alan Wake, soy escritor

Aunque Remedy ha dicho que Alan Wake 2 está pensado como una experiencia independiente que puede disfrutar todo el mundo, es innegable que se trata de una secuela directa por mucho que hayan pasado trece años. La historia del juego también respeta esos trece años, pues tienen una importancia capital. Wake ha estado atrapado en el lugar oscuro desde entonces, buscando una salida que de momento se le ha resistido. Todo cambia con la adición de un nuevo personaje: Saga Anderson, una agente del FBI enviada al aparentemente apacible pueblo de Bright Falls para investigar una serie de asesinatos rituales que están teniendo lugar y cuyas víctimas tienen un elemento común: todas desaparecieron en 2010.

Acompañada de otro agente, Alex Casey, que comparte nombre con el protagonista de la saga más famosa de Alan Wake, no tardarán en descubrir que lo que ocurre en Bright Falls tiene un origen más allá de la lógica y que el desaparecido novelista podría estar implicado. Este es el punto de partida de un Alan Wake 2 que, como cualquier otro juego de Remedy, se hace fuerte en su intrincada, compleja e incluso pretendidamente confusa narrativa, pero que aquí la lleva a otro nivel. Sin embargo, antes de nada, hablemos sobre qué ofrece este título en lo jugable y cómo evoluciona con respecto a su antecesor.

La luz, tu mejor aliada

Análisis de Alan Wake 2: Un survival horror que culmina la obra de Remedy 50

No cabe duda de que el primer Alan Wake era un juego de acción. Sí, un gran misterio envolvía a la obra y nuestra sed por saber más nos impulsaba a seguir adelante, pero la mayor parte de su propuesta se centraba en eliminar a infinidad de enemigos en oleadas que parecían no tener fin. Remedy ha apostado por un enfoque totalmente distinto para esta secuela. Sam Lake, guionista, director creativo y también la cara y la voz de Alex Casey (como ya ocurriera en el clásico Max Payne), ha dejado bien claro que el remake de Resident Evil 2 es una de las principales inspiraciones para Alan Wake 2. No tardamos en percibirlo. La obra de Capcom se respira por todos lados, desde los ángulos más evidentes y también desde otros que lo son menos. Pero, por supuesto, Remedy ha dotado de personalidad propia a su primer juego de terror puro. Una seña de identidad que ya tenía la primera entrega: la luz.

Sí, la luz sigue siendo un factor decisivo para el éxito en Alan Wake 2. Tanto cuando jugamos con Saga Anderson como con el novelista atrapado en el lugar oscuro, la linterna es nuestra mejor aliada. Y no solo porque los escenarios sean considerablemente más oscuros que en la primera parte, sino porque es la herramienta que elimina la oscuridad de los enemigos y nos permite dañarles, así como interactuar con otros elementos del entorno. Poco ha cambiado en lo que se refiere al combate en comparación con el primer Alan Wake. La visceralidad es lo más llamativo. Salvo pocas excepciones, las secuencias de acción no nos enfrentan a decenas de enemigos como ocurría en el pasado, sino que son menos contrincantes, pero mucho más peligrosos.

Análisis de Alan Wake 2: Un survival horror que culmina la obra de Remedy 51

Puedes sentir que cada enemigo es un reto. No mueren de muchos disparos, pero se mueven de una forma mucho más veloz e impredecible, incluso dando pequeños teletransportes pesadillescos hacia nosotros y golpeándonos en repetidas ocasiones que pueden acabar con nuestro personaje en un momento si no nos andamos con cuidado. Para defendernos de ellos tenemos muchas de las herramientas que ya teníamos en el primer Alan Wake: armas de fuego, una linterna con pilas, bengalas y otros muchos elementos que nos ayudan en nuestra supervivencia. Alan Wake 2 también introduce los objetos curativos, pues ahora tanto Saga como el escritor tiene una barra de salud y esta no se recupera automáticamente. Si nos situamos bajo el abrazo de una potente luz recuperaremos una pequeña fracción de la vida, pero el resto debe ser curada con botiquines, apósitos o pastillas. Todos ellos tienen un tiempo de uso, de modo que hacerlo con cabeza y con buen timing durante el combate es esencial.

Como buen survival horror que es (porque lo es), Alan Wake 2 también añade un inventario con capacidad limitada que debemos cuidar. Aquí notarás a qué nos referíamos cuando señalábamos que la inspiración de Resident Evil está muy presente. Los recursos en lo nuevo de Remedy son limitados, pero también ocupan un espacio. A medida que vamos obteniendo especialmente nuevas armas, el inventario puede empezar a quedarse corto. Por suerte hay formas de ampliarlo y también podemos dejar objetos en las salas seguras (ejem, más Resident Evil) que se comparten entre todas ellas para que podamos acceder a esos recursos desde cualquiera.

Más analítico que nunca

Análisis de Alan Wake 2: Un survival horror que culmina la obra de Remedy 52

El combate sigue siendo una parte importante de la jugabilidad de Alan Wake 2 pero, como comentábamos anteriormente, no es ni mucho menos lo único que tiene la obra. Y es que si el primer Alan Wake era un juego de acción y misterio, Alan Wake 2 es un juego de detectives. En el papel de Saga Anderson debemos recorrer diversos escenarios (el bosque alrededor de Cauldron Lake o el pueblo de Bright Falls, por decir algunos) y completar objetivos en ellos. Los escenarios son abiertos y tienen lugares inaccesibles a los que solo podremos llegar más adelante al haber desbloqueado nuevos objetos, al más puro estilo Control. Ahora también tenemos mapas de las zonas.

Como si del mismísimo Silent Hill se tratase, en los mapas se anota la información que vamos descubriendo: qué caminos están cortados, cuáles hemos desbloqueado, interrogantes que marcan lugares de interés a explorar y un larguísimo etcétera. Alan Wake 2 te permite centrarte en los objetivos de la historia, pero en nuestra opinión lo más inteligente es agotar al máximo las posibilidades que ofrecen estos nuevos escenarios de concepto más abierto y libre de recorrer, pues casi siempre tiene recompensa. Puede que encuentres recursos, puzles a resolver, documentos interesantes o materiales televisivos o radiofónicos que nos dan más contexto sobre los personajes y el mundo del juego, tal y como ocurría en la primera entrega.

Análisis de Alan Wake 2: Un survival horror que culmina la obra de Remedy 53

Alan Wake 2 quiere que todo sea un reto detectivesco, aunque sea pequeñito. Por poner un ejemplo, para conseguir una escopeta con Saga que está tras una vitrina con candado tienes que explorar los alrededores y encontrar pistas que te ayuden a identificar la contraseña. También necesitas resolver pequeños acertijos con el entorno para abrir cofres que te dan recursos extra o fragmentos de páginas, que sirven para desbloquear mejoras para las armas. Sin embargo, los sitios que mejor definen lo que es este nuevo Alan Wake 2 son el lugar mental de Saga y la sala de escritura de Alan.

Se trata de dos espacios físicos pero imaginarios donde ambos personajes pueden ir en cualquier momento para ordenar las pruebas que han conseguido al investigar los escenarios y dar forma a la historia. Saga lo hace a través de pistas y su propia intuición. En ocasiones la única forma de seguir avanzando en la historia es ir al lugar mental y conectar pruebas hasta dar con conjeturas que le sirvan a la agente del FBI para discernir cuál es el siguiente paso lógico. Con Alan Wake y la sala de escritura pasa algo similar, pero el novelista no recaba pruebas, sino líneas argumentales para escribir su nuevo libro, La iniciación, el que le tiene que servir para escapar del lugar oscuro.

Aunque sobre el papel suene parecido, las mecánicas tienen implicaciones muy diferentes cuando se experimenta. Realizar cambios de guion le sirve a Alan para hacer que los escenarios del lugar oscuro varíen y abrirse nuevas vías. En su dimensión, Wake también tiene un objeto llamado cambialuces que le sirve, al más puro estilo Albus Dumbledore, para recoger luces que encuentre y colocarlas en otros sitios para que, una vez más, se abran más caminos. Saga, por su parte, recupera la mecánica de encontrar páginas del manuscrito que se hacen realidad y anticipan lo que está por venir. Es por eso que el gameplay se siente tan diferente entre Alan y Saga aunque ambos compartan elementos e ideas.

El juego que conecta el Remedyverse

Análisis de Alan Wake 2: Un survival horror que culmina la obra de Remedy 54

Sam Lake nunca ha escondido que Alan Wake y Control comparten universo. Quedó bien claro en el anterior juego de Remedy, que no solo tenía referencias a Wake aquí y allá, sino que también tuvo una expansión dedicada al personaje. No obstante, Alan Wake 2 lo lleva a un nuevo nivel. Oficialmente la compañía finlandesa solo ha admitido la conexión directa entre Alan Wake y Control, pero su nueva obra se siente como el nexo de unión de todo el trabajo que ha llevado a cabo Remedy a lo largo de sus 28 años de vida.

No entraremos en detalles para no hacer spoilers, pero los fans del estudio se van a llevar más de una sorpresa. Las referencias a Control son evidentes y están esparcidas por todas partes. No se esconden. Sin embargo, nos ha resultado muy agradable ver cómo se ha hecho el esfuerzo por respetar todas las obras anteriores de la compañía y darles su cabida en este juego. Quantum Break está presente de la mano de Shawn Ashmore, el actor que dio vida al protagonista de aquella obra y que aquí interpreta al sheriff Tim Breaker, un personaje con cierta relevancia en la historia.

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El mejor ejemplo de lo que estamos comentando es la presencia de Sam Lake como Alex Casey que, a su vez, sirve para comprender hasta qué punto Remedy le ha dado un giro al concepto de historia dentro de una historia. Como explicábamos antes, Casey es el protagonista de las novelas de Alan Wake, pero también el agente del FBI que acompaña a Saga Anderson. El hecho de estar interpretado por Sam Lake no es una casualidad, pues el creativo ya le dio vida a Max Payne en la primera gran saga del estudio. Casey y Payne tiene muchas similitudes y, obviamente, no es una casualidad.

La narrativa de Alan Wake 2 es deliberadamente confusa. Mucho más que nunca antes. El juego ya de por sí tienes dos protagonistas con líneas argumentales paralelas pero diferentes, pero en el lugar oscuro la novela que escribe Alan se entremezcla con sus propias experiencias y pensamientos. Remedy también vuelve a hacer uso de la imagen real que tanto les gusta (como ya ocurrió en el primer Alan Wake o en mayor medida en Quantum Break con sus fragmentos de serie de televisión) para ofrecer una nueva capa de complejidad y meter más historias dentro de historias. Chrisopher Nolan estaría orgulloso.

Un prodigio técnico

tamaño de descarga de Alan Wake 2

Todo lo que hemos explicado hasta ahora valdría de poco o nada si no se viera respaldado por un apartado técnico a la altura. Somos conscientes de que había dudas al respecto, pero Remedy ha cumplido de sobra. En sus versiones de consola el juego cuenta con dos modos gráficos: el modo calidad (el que recomienda la compañía finlandesa), que funciona a 30 fps estables la mayor parte del tiempo y ofrece un apartado visual espectacular, prácticamente sin parangón; y el modo rendimiento, que eleva el framerate de la obra a unos sorprendentes 60 sólidos fps, pero sacrificando parte de ese encanto gráfico. Nosotros nos hemos decantado casi todo el tiempo por el modo calidad y la verdad es que en cuanto te acostumbras a la tasa de fotogramas por segundo reducida disfrutas muchísimo con lo que ofrece el juego técnicamente hablando.

El sonido no se queda atrás. Ya decidas jugarlo en inglés o en castellano con la mítica voz de Lorenzo Beteta en el papel de Alan Wake (sí, está de regreso), las actuaciones de voz son un auténtico deleite y hacen que el juego sostenga el nivel narrativo que pretende. Mención aparte requiere el apartado musical. Durante muchas fracciones del título tenemos música ambiental y sonidos de lo más espeluznantes para apuntalar ese factor survival horror tan marcado que desprende la historia. Pero una de nuestras cosas favoritas en este sentido han sido las canciones originales que suenan al final de cada capítulo. Estamos deseando que salgan ya en formato digital para escucharlas en bucle.

Por poner un pero, los subtítulos nos han estado dando problemas. Quizá el parche día uno los corrija, pero en el momento en el que hemos jugado a Alan Wake 2 tienen muchos errores. Si lo juegas doblado al castellano no tendrá mayor importancia, pero has de ser consciente de que en algunos momentos, especialmente en cinemáticas, estos se desincronizan, aparecen demasiado rápido o se quedan en pantalla durante demasiado tiempo.

Conclusiones

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Es difícil decir si Alan Wake 2 es lo que podrían esperar los fans del original tantos años después porque se trata de un juego muy distinto. Remedy ha apostado por introducir muchos cambios: el viraje hacia el survival horror, el foco en la exploración y la investigación más que en el combate, la gestión de los recursos o el mero hecho de contar con dos protagonistas en lugar de solo con nuestro querido novelista. En nuestra opinión ha sido un acierto rotundo. Puede que la constante exigencia de tener que entrar en el lugar mental para reordenar las pruebas y abrir nuevas líneas de investigación lastre el ritmo en algunos puntos, pero el estudio finlandés ha apostado decididamente por este enfoque detectivesco que, dicho sea de paso, le sienta de lujo al juego.

Alan Wake 2 emociona. Emociona porque es el regreso de una querida franquicia mucho tiempo después y porque se detecta con facilidad el mimo que Remedy ha puesto en cada uno de sus personajes, ubicaciones y situaciones. Es un juego cuidado al milímetro, con una narrativa más confusa que nunca (en el buen sentido) y que conecta toda la obra de la compañía. Un deleite para los fans acérrimos de Remedy y la culminación de tres décadas de desarrollo de videojuegos del más alto nivel.

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